domingo, 18 de octubre de 2020

Lee Friedlander nacido en el año de 1934 en Seattle, aunque su desarrollo en la fotografía se dan en California; considerado por muchos medios unos de los mejores fotógrafos americanos, con  su Leica hicieron escuela en el paisaje social influenciado por el arte pop, así busco mostrar una nueva alternativa al mundo de la fotografía, en cual destaco rompiendo moldes,  su trabajo fue apartándose de los  mayores fotógrafos de las últimas décadas como Garry Winogrand y Diane Arbus con los que en la década de los ´50 comenzó a relacionarse.

Su primer acercamiento en la fotografía fue en  la adolescencia, siendo el cuarto obscuro y la magia del revelado lo que atrapo a Friedlander, terminando sus estudios con Edward Kaminski en el Art Center School de Los Ángeles, busca la trasgresión de sus fotografías. Siendo un fotógrafo freelance  va New York y mientras fotografiaba las calles iba forjando su particular estilo, con una composición geométrica, compleja y rompedora.


 Trabajó para Atlantic Records en una época gloriosa para el género y suyos son algunos retratos inolvidables a Duke Ellington, John Coltrane, Charlie Mingus o Miles Davis, y fue tan grande su desempeño que logro capturar el sonido y la fuerza de cada artista, logrando que espectadores captaran la grandeza de cada compositor.



Walker Evans y Robert Frank. Fueron fuertes puntos de inspiración, pero sin caer en la copia. Crea un estilo propio en el que empieza a fotografiar lo banal para transformarlo en arte. En esos años el arte pop era pan de cada día y Friedlander  utilizo una multitud de elementos urbanos, de interior y exterior en su fotografía. Dando un enfoque a sujetos banales, letreros y señales viales que se armonizaban a su extra composición. Continuaba explorando el paisaje social, y mostrando la evolución que se vivía en los Estados unidos pasando de imágenes muy contrastantes y una visión con una gran gama de grises.

Otro elemento cotidiano de la época que tuvo importancia crucial en su fotografía fue el automóvil. Desde el viaje al volante y capturando el paisaje que encontraba utilizando el marco de la ventana como encuadre para resaltar los objetos banales como espectaculares, estatuas alimentando más su estilo.  



 

Un episodio obscuro en la vida de Friedlander fue cuando sufrió artritis que lo llevo a una operación de rodillas, siendo un golpe muy duro, ya que limitaba de cierta forma la exploración del paisaje, pero utilizo este descanso para indagar mas en la autoexploración y de los objetos que tenía a su alrededor así como algunos autorretratos, representados en la silueta y el juego de su sombra en los objetos ó personas.

 




El mudo de Friedlander tiene un baraje muy extenso de temas y enfoques, desde sus inicios con el jazz hasta las exposiciones que marcaban décadas completas a través de sus ojos  y se completaban con sus libros, el no buscaba sacar una foto perfecta el intentaba archivar momentos reales.


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